Reformemos el Senado
La Cámara Alta de las Cortes españolas, el Senado, hoy por hoy más parecido a un geriátrico y más vacÃo de competencias que cualquier diputación provincial, de esas que se pretende eliminar el acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos, debido en gran medida a que la última palabra en un 99% de las competencias la última palabra la tiene siempre el Congreso de los Diputados. EL Senado deberÃa ser realmente una cámara de representación para los diferentes territorios en los que está dividido este Reino de España, ya sean Comunidades Autónomas o provincias, en función a un número de Senadores asignado a cada territorio y fijado constitucionalmente en no más de 3 o 4 si fuera por Comunidades Autónomas, lo que harÃa reducir el número de senadores a no más de 70, y 1 o 2 para las provincias, lo que colocarÃa el número de senadores en no más de 105.
También hay que tener en cuenta que las elecciones a la cámara alta son el más claro ejemplo de democracia que tiene este paÃs con sus listas abiertas plurinominales, en contraposición con la cámara baja que utiliza listas cerradas más propias de sistemas dictatoriales, podrÃamos también dividir las provincias y Comunidades Autónomas en distritos o circunscripciones electorales y a la que cada senador estarÃa unido, en el que deberÃa residir y tener su oficina, garantizando asà la cercanÃa a sus votantes.
¿y si por cualquier motivo dejasen de ocupar su escaño? Pues serÃa muy sencillo, si cada senador esta unido a un distrito electoral uninominal se convocarÃan nuevas elecciones en ese distrito para los siguientes 4 años, por que no se renovarÃa cada cuatro años por completo sino que cada vez se elija representante en un distrito será por 4 años y al fin de ese perÃodo se volverá a convocar solo para ese distrito, si dos meses después de las elecciones generales el titular del distrito X dimitiera la elección en ese distrito será cuatro años después de estas elecciones y no de las del titular que dimitió.